… que no sabe dónde debe trazarse la linea entre el conocimiento y la opinión en ciertos casos.
A la hora de ofrecer una opinión, ¿qué conocimientos previos han de exigirse a la persona que la ofrece? ¿qué rigor es necesario? Supongo que depende de si la opinión que se vierte trata de algún conocimiento específico.
Por ejemplo, una pieza de música te puede gustar más o menos por que suena de una manera u otra. No obstante, un conocimiento musical más profundo puede dar lugar a una opinión más rica.
A veces, los conocimientos o conceptos preestablecidos son un impedimento para poder desarrollar nuevas ideas al “polarizar” la mente hacia un camino. En especial, cuando se cree que se sabe algo, es muy complicado liberar al pensamiento de esa idea que ha hecho como propia. El pensamiento es, en ocasiones, celoso de sus retoños.
¿Hasta qué punto un conocimiento específico puede tornar una opinión en una retahíla de hechos o generalidades sin enjundia? ¿Cuánto puede el camino trillado evitar que nuevos caminos se abran?
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