Carta a la mujer desconocida y contrahecha.

Dime, curiosa mujer,
desnuda de armonía.
 
Me llamas desde el cielo
y sobre el atormentado mar
te posas. Y se hace el silencio.
 
Dime, sutil ánima,
sin directriz definida.
 
¿Qué cosa de esta extraña tierra,
encuentras de tu agrado,
y de maravillas plena?
 
¡Habla de una vez,
jovencita traviesa!
 
Dejaré en el barro mis huellas,
e iré a cazar mariposas
y cometas con la misma tela.
 
P.D: gracias a "la de azul" por la inspiracion/dejarme que la plagie burdamente n_n

1 Reply

  1. Berenice

    "La de azul" se regociza ante el juego: ante la transformación becqueriana, ante la sutileza del mar y de la tela.Siempre me gustaron los prismas coloreados y los caleidoscopios: ¡maravillas que transforman una idea o una imagen en otra igual pero completamente nueva! …¿Eso eres tú? ¿He ahí tu existencial secreto? Como un héroe de la episteme, de la belleza, de la aletheia, ¿consiste tu sagrada y trascendente misión en explorar formas y visiones nuevas?

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